jueves, 7 de febrero de 2013

¡Arriba ese ánimo!


Una cosa es segura desde el inicio de los tiempos: con un buen estado de ánimo, las cosas mejoran. La persona que está cabizbaja e insegura no se siente capacitada para hacer gran cosa, está casi segura de su fracaso, y en gran medida es ese pensamiento el que la lleva a fracasar. Sin embargo, el que sale con ganas y sabiendo que puede conseguir lo que sea tiene más probabilidades de conseguirlo. Es algo de lo que ya he hablado en este blog (como por ejemplo El poder de la observación y Una mañana gris).

Pero estas teorías sobre el ánimo y el éxito no las digo sólo yo. En una época difícil como la que nos está tocando vivir hay muchas personas tratando de poner una sonrisa en los labios de todos. De hacernos entender que no podemos tirar la toalla. De decirnos que somos capaces de conseguir lo que queramos. En definitiva, de levantar el ánimo.

Y, por supuesto, la publicidad no es ajena a esta corriente de pensamiento. Se sabe que los anuncios que más recordamos son los que buscan nuestros sentimientos. Así pues, nos inundan los spots que nos repiten lo maravillosos que somos, las fuerzas que tenemos y lo bien que conseguiremos afrontar el futuro.

Por ejemplo, el anuncio de Campofrío, que quiere hacernos ver que no podemos olvidar nuestras cualidades y que debemos ser consicientes de todo lo bueno que hemos conseguido, y que podemos seguir haciéndolo.

 


Otro ejemplo: el anuncio del banco Santander, que nos trata de héroes y nos recuerda que podemos aún confiar en nosotros.


Y no puedo cerrar el tema sin poner a los pioneros de este movimiento en la publicidad. Hace años que Aquarius, la bebida energética, nos está recordando que el ser humano es extraordinario en sus múltiples facetas y locuras.


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